Tengo una vida llena de movimiento. Compagino dos trabajos y tengo tres hijos todavía en edad que necesitan de mi. Tengo horarios muy ajustados y muchos días mi comida era un par de manzanas o unas barritas substitutivas conduciendo de un sitio a otro. Además contínuamente tengo comidas y cenas que me impiden seguir una dieta a rajatabla. Hago mucho ejercicio físico por lo que no tenía sobrepeso pero empezaba a acumular grasa en aquellos lugares no deseados: estómago, caderas, cintura, ... Mi marido, sabiendo lo que me preocupa la dieta y como es de importante para mi el sentirme bien conmigo misma, me animó a que fuera a una buena professional y así lo hice.
Cuando llegué a la consulta de Júlia me sentí comprendida, tranquilizada y asesorada con un criterio muy profesional.
Comprendida porqué mi entorno no entendía que hiciera régimen, que no me hacía ninguna falta. Iba a una cena basada en tapas (bravas, guacamole, ...) y al día siguiente casi no comía pero cuando llegaba la hora de la cena deboraba la comida de mi plato y la del plato de mis hijos. Júlia me enseñó con muy buen criterio que si un día te saltas el régimen no pasa nada, no debes bajar la guardia y a la siguiente ingesta hacerlo bien. Deben ganar la comidas controladas a las no controladas, però las no controladas pueden existir.
Me enseñó tambien a llevar una dieta completa, equilibrada y sana basada en mis gustos. Por ejemplo, a mi me encanta la fruta però tiene mucho azúcar. Yo podía comer cinco piezas de fruta y en verano con la fruta buena que tenemos aún más. Ahora como dos però lo hago de un modo diferente, no después de las comidas sinó como merienda o tentenpié. Y la disfrutó mucho. No sabeis lo bien que siente a media tarde una naranja antes de ir al gimnasio, mejor que un sacher de la mejor pastelería.
Júlia me ayudó a romper con leyendas urbanas sobre las dietas flash y las dietas milagro, el pomelo, el pollo, las hipercalóricas, que la pasta no es buena, el pan cuanto más lejos mejor, carne poca, ... Nada de eso. Lo importante son los buenos hábitos y de manera continuada, como una carrera de fondo. Cada día suma, si un día te lo saltas, no pasa nada. Y lo mejor para mi: una dieta con comida que me gusta, que puedo comprar en mis tiendas habituales y que puedo hacer las mismas comidas que mis hijos sólo con un poco de atención. Por ejemplo, hoy tenemos macarrones a la boloñesa yo como macarrones sin la boloñesa y no pasa nada, ya no rebozamos el pollo, lo comemos todos a la plancha, ...
También un aspecto que me ayudó mucho fue adaptar las fiestas a la dieta. Navidad, castanyada, ... Sabiendo de que hablamos, que equivalencias existen, es mucho más fácil conseguir los objetivos.
Tenía com objetivo perder 4 kilos. En el tiempo que duró la dieta perdí seis y llegué a perder hasta 8 con el mantenimiento. No me he engordado y ya hace cuatro meses que acabé la dieta. He cambiado de hábitos no sólo yo
Estoy muy contenta porqué ahora puedo comer, puedo cocinar, puedo disfrutar con la tranquilidad que conozco la solución y los buenos hábitos.